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Los consejeros Esther Monzón y Poli Suárez presentaron esta mañana en rueda de prensa el documento que estará operativo desde el presente curso académico 2024/25
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El objetivo es establecer mecanismos homogéneos en materia de detección, valoración, intervención y coordinación para actuar ante la sospecha del riesgo suicida o conducta suicida en los centros educativos
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El protocolo detalla el procedimiento a seguir ante una sospecha de riesgo suicida, cómo actuar en función del nivel de riesgo, la coordinación con otros sectores implicados (especialmente los profesionales sanitarios), el seguimiento en el entorno educativo y las acciones de intervención ante el duelo por una muerte por suicidio
Los consejeros de Sanidad y de Educación, Formación Profesional, Actividad Física y Deportes del Gobierno de Canarias, Esther Monzón y Poli Suárez, respectivamente, acompañados por el psiquiatra y técnico de la Dirección General de Salud Mental y Adicciones del SCS, Francisco Acosta, presentaron este jueves, 26 de septiembre, el Protocolo de intervención ante riesgo suicida en instituciones educativas de Canarias.
La consejera de Sanidad explicó que “el principal objetivo de este Protocolo es establecer mecanismos homogéneos en materia de detección, valoración, intervención y coordinación para actuar ante la sospecha del riesgo suicida o conducta suicida en los centros educativos. Además, permitirá poner en marcha medidas de actuación ante el riesgo suicida o conductas suicidas en este ámbito”.
Este documento, que se implantará en todo el archipiélago en el presente curso académico 2024/25, supone el desarrollo de una de las acciones del Programa de Prevención de la Conducta Suicida en Canarias, contemplado en el Plan de Salud Mental de Canarias. Con esta herramienta se da respuesta a la recomendación tanto de la Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud como la de Canarias de desarrollar e implantar protocolos de prevención ante riesgo suicida en el ámbito educativo.
Monzón informó de que el protocolo ha sido elaborado por un equipo multidisciplinar e intersectorial, formado por veintiséis profesionales de las consejerías de Sanidad, Educación y Bienestar Social entre los que se incluyen pediatras, médicos de familia, psiquiatras, psicólogos, maestros, pedagogos, psicopedagogos y trabajadores sociales entre otros, bajo la coordinación de las direcciones generales de Salud Mental y Adicciones y de Salud Pública del Servicio Canario de la Salud.
El consejero de Educación mandó "un mensaje de tranquilidad a las familias y al conjunto de la sociedad del archipiélago" porque "las muertes por suicidio entre estudiantes son infrecuentes, al menos en Canarias", lo que no resta importancia a este protocolo ya que, aún así, el suicidio en el mundo es "una de las primeras causas de muerte entre adolescentes, y, por tanto, algo que debemos prevenir a toda costa y a lo que debemos prestar especial atención".
"Los intentos de suicidio afectan casi al diez por ciento de la población mundial y el 30 por ciento de las personas admiten haber tenido algún tipo de ideación suicida a lo largo de su vida", apuntó Poli Suárez, para quien la intervención desde los centros se justifica por varias razones: la relativa prevalencia de conductas suicidas en la adolescencia, el hecho de que a esa edad la mayoría de chicos y chicas estudia en colegios e institutos, donde intervenir es menos estigmatizante que en unidades de salud mental, y que, en esos centros, en los que pasan tanto tiempo, pueden darse problemas o dificultades que desencadenen conductas suicidas.
"Desde Educación, podemos y debemos intervenir porque las aulas son el lugar natural donde se producen la enseñanza y el aprendizaje. Nuestras aulas son el marco ideal para aprender sobre muchos aspectos de la vida, y por qué no, sobre la promoción de la salud mental y la prevención del suicidio y de ciertos trastornos físicos y psicológicos", expresó Suárez.
A quién está dirigido
Este protocolo está dirigido a la comunidad educativa: alumnado de Educación Primaria y Secundaria, de Formación Profesional, progenitores, educadores y a los sanitarios que atienden a la población infanto juvenil y a los profesionales de Bienestar Social.
El psiquiatra de la Dirección General de Salud Mental y Adicciones Francisco Acosta detalló que “el protocolo establece el procedimiento a seguir ante una sospecha de riesgo suicida, cómo actuar en función del nivel de riesgo detectado (bajo, la coordinación con otros sectores implicados, especialmente los profesionales sanitarios), el seguimiento en el entorno educativo y las acciones de intervención ante el duelo por una muerte por suicidio”.
Guía de actuación
La ventaja que ofrece este documento es disponer de una guía de actuación ante una situación de riesgo suicida o de conductas suicidas que se detecten en un centro educativo, tanto en la fase inicial (hasta que se produzca una evaluación clínica por un profesional sanitario), como en el contexto de un seguimiento en el ámbito educativo.
Así, incluye pautas de actuación del personal de los centros educativos ante la sospecha de problemas de salud mental o señales de alerta indirectas, ante la sospecha de riesgo o conducta suicida. Cualquier persona de la comunidad educativa puede detectar señales de alerta o de riesgo, que seguirá las pautas que indica el Protocolo entre las que se incluye la comunicación al equipo directivo y de éste a las figuras parentales.
También se recogen indicaciones sobre cómo activar el protocolo y el desarrollo de la entrevista con valoración provisional del riesgo suicida, así como las pautas para establecer el nivel de riesgo y la actuación a desarrollar según el nivel determinado. El documento contempla además la realización de un seguimiento en el ámbito educativo y, además, las acciones a implementar tras un intento de suicidio o ante un suicidio consumado.
La consejera aseguró que “se trata de una medida más que pretende contribuir a la reducción del riesgo suicida en la población de Canarias, en particular en este grupo de población, que por sus características se puede encontrar en una situación de vulnerabilidad”.
Formación
Asimismo, el psiquiatra Francisco Acosta, recordó que este protocolo es un recurso específico y necesario para la prevención y actuación precoz y que para su puesta en marcha el SCS ya ha formado a más de 1.200 profesionales de diferentes ámbitos de los que 600 son del educativo.
Acosta añadió que este protocolo se suma a otros proyectos y recursos puestos en marcha recientemente como la web stopsuicidiocanarias.com y la línea 024 de atención a la conducta suicida en España.
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